martes, 26 de abril de 2016

La vaquita

La vaquita
© David Gómez Salas
-
En mi huerto vive una vaquita súper inteligente, es inventora; es capaz de transformarse en avioneta impulsada con energía solar que vuela sin contaminar. Así desafía la fuerza de gravedad  y respeta el planeta ¿Lo puedes imaginar?
-
Por medio de su linda y negra piel captura la energía del sol,  almacena en su panza energía hasta para cuatro horas de vuelo. Su cola en rotación es la hélice impulsora y con su cabeza da dirección al vuelo.
-
Tiene gran habilidad para aterrizar, inclina la cola para aumentar la fuerza de sustentación, para bajar lentamente y no de sopetón; gira la cola más despacio para disminuir la velocidad horizontal, hasta detenerse en un punto final; y como precaución, además de las maniobras, reza una oración. Se parece a mi abuela, le apuesta a la ciencia y la religión.
-
Vaquita con gafas de aviador y bufanda roja al cuello; como avioneta eres muy eficiente, como piloto eres habilidosa y como aeromoza eres capaz y bondadosa.
-
Vaquita de mis amores, mil  virtudes rebosas. Desde la primera vez que te vi, supe que eras muy ingeniosa. Porque puedes producir dentro de ti, leche nutritiva y sabrosa.
-
Vuela, vuela vaquita divertida, que bonitas piruetas haces en el aire; sé que las haces por alegría no por hacer alarde. Que lindo disfrutas, desde la alturas, los bellos paisajes y el sol cenital; acompañada de águilas, halcones y muchas aves más, con belleza natural.
-
A mis sueños, a mis amigos y a los sueños de  mis amigos les gusta volar contigo. Gozamos el aire limpio, el canto de las aves y el ambiente de alegría que inspira a componer música, cuentos  y poesías.
-
¿Quien no disfruta al tocar las nubes? al sentir en el rostro las caricias de esos algodones blancos y grises, formados con ligeras moléculas de agua libres y felices.            
-
En una ocasión pasaron muchos días que no llovía y mis frutales de sed se morían y al ver lo que pasaba emprendiste el vuelo para ir a las montañas a buscar alguna nube en zonas lejanas. Trajiste una nube que mojó todo el huerto y salvaste la vida en mi semidesierto.      
-
Para que sigan tu ejemplo platico sobre ti, a niñas, niños, amigos y a mis invenciones; deseo que todos sean dichosos y entonen muchas canciones. Vuelen, vuelen y vuelen, todos los optimistas llenos de ilusiones.

sábado, 16 de abril de 2016

Vivir en la Luna



Vivir en la luna 
© David Gómez Salas, el Jaguar
-
Este año el día del niño será en cuarto menguante, luna risueña, que tanto me gusta. ¿Quien de niño no comió pastel, alguna vez, sentado en la sonrisa de la luna?
-
Los niños juegan felices en los mares de la luna. Nadan en el Mar de Lluvias, pedalean en el Mar de Nubes y  corren en el Mar de Crisis. Los niños presumidos van al cañón del eco y gritan muchos halagos y ¡Que fortuna! escuchan sus alabanzas en los cuernos de la luna; los más comelones preparan y comen enormes tortas de queso y no tienen sobrepeso; para los niños gritones ruidosos hay chiclosos, dulces de leche pegajosos, que se adhieren en los dientes, suavizan los gritos y saben deliciosos. Es un paraíso fascinante de dulces, golosinas y queso.
-
En la luna se pueden dar grandes saltos pues hay poca gravedad; se tiene menos peso para soñar, volar, correr, cantar y jugar sin detenerse jamás. 
-
¡Oh! que blanco, sabroso y  bonito lugar, lleno de cráteres y dunas;  área bella como ninguna  provoca que muchas personas divaguen y vivan en la luna.   








domingo, 3 de abril de 2016

La Chamana socia del diablo

La Chamana socia del diablo
© David Gómez Salas, el Jaguar
-
Algunas tardes jugábamos en el patio de la casa de Alberto, el patio era enorme y colindaba con el patio de una señora que ejercía el oficio de hechicera de magia negra. En el barrio decían que era "Chamana" o sea Chamán en femenino. Suponían que estaba dotada de poderes sobrenaturales, gracias a que tenía pacto con el diablo, quien la ayudaba para causar males a otras personas. Ella misma propagaba esa versión para hacerse propaganda.
-
La Chamana era una mujer morena como de 30 años de edad, apenas un poco más de metro y medio de estatura, gordita, cabellera larga y lacia, ojos pequeños negros, boca grande y labios gruesos, con pelos muy largos en las axilas y pubis. En las tardes noches se bañaba desnuda a la intemperie en el patio de su casa, junto al pozo artesiano; el patio de su casa no era muy grande y quedaba a la vista del patio de la casa de Alberto, solo lo separaba una cerca de alambres de púas. De la cerca al pozo había una distancia máxima de cuatro metros, así que prácticamente se bañaba frente a nosotros cuando coincidíamos  en esa zona.  Impresionaba verla desnuda y sin afeitar.
-
A un lado del pozo estaba un poste de madera como de diez centímetros de diámetro y dos metros de altura, en la punta superior del poste estaba amarrada una cabellera que parecía ser una cola de caballo más o menos de 80 centímetros de largo, que ella decía era el cabello de la llorona.
-
En casa de la Chamana curtían pieles, imagino utilizaban algún método muy rústico porque el lugar olía a orina, estiércol, a un antiguo pegamento llamado cola, huevo podrido  y otros malos olores causados por materia orgánica descompuesta. Siempre había en aquel patio de tierra, algunas zonas con lodo, grasa, sales, pelos, hilos de piel y basura. Una enorme cantidad de moscas se reproducía en ese ambiente de suciedad en clima caliente húmedo del trópico.
-
La Chamana contaba historias que me resultaban aterradoras, sobre todo considerando que en ese año yo contaba con 8 años de edad. Por esas historias casi todo el mundo le temía, bueno el pequeño mundo del barrio.
-
Cuando nos mudamos al barrio, al principio muchas mañanas encontramos en la acera de la casa, plantas con  flores amarillas y tierra negra, decían que eran plantas arrancadas del panteón para hacernos hechicerías, para embrujarnos. Mi madre barría y recogía aquella basura sin comentarlo con los vecinos, mi madre siempre fue muy callada. Pasó un tiempo, no recuerdo cuanto, y dejaron de tirar esas plantas en fuera de la casa.
-
En las noches los vecinos salían a la calle para platicar, "a tomar el fresco", decían. Ahí escuché los cuentos del Cadejo, Sombrerudo, Juana la loca, varias versiones de la llorona y más cuentos de terror. Sin embargo, me impresionaban más los cuentos sobre la Chamana de nuestro barrio. Como un relato en que decían haber encontrado un dedo de niño en un tamal. Esta historia me impresionó porque me la platicaron un día después de haber asistido a una fiesta que se llevó a cabo en casa de la Chamana, para celebrar el cumpleaños de su sobrino, que era mi amigo. Ahí comí un tamal que ella había elaborado y que tenía huesitos que dijeron eran de alitas de pollo.
-
Una noche la Chamana celebró en su patio una ceremonia de brujería, participaron ocho personas incluyendo a la Chamana. La vimos cuatro niños desde el otro lado de la cerca, el patio de la casa de Alberto.
-
Los invitados y la Chamana se sentaron formando un círculo alrededor de una pequeña fogata, la Chamana tenía en su contorno varias cosas sobre el piso de tierra. Botellas con líquidos, la "cabellera de la llorona", huesos de caballo o de vacas, telas negras, un zanate (cuervo local) muerto, cosas que no supe que eran  y otras cosas que no recuerdo.
-
Los participantes eran señores y señoras, adultos de 30 a 50 años de edad. La noche era obscura, pues en el trópico generalmente hay muchas nubes y además imagino que la Chamana escogió una noche cercana a la luna nueva o no visible.
-
Todos sus invitados cubrieron individualmente su cabeza y medio cuerpo, estaban sentados, cada uno de ellos recibió una tela negra para hacerlo. La Chamana colocó sobre su cabeza la cabellera de la llorona.
-
Al centro de la pequeña fogata (brasas) había una gruesa varilla de acero, de esa varillas corrugadas que se usan en la construcción, la varilla estaba clavada firmemente en el piso y alcanzaba como un metro y medio de altura, ahí estaba amarrada con alambre una figura del diablo hecha de lámina oxidada.
-
La Chamana llamó en voz alta a Belcebú,  Mefistófeles, Satán y otros sinónimos del diablo. Hizo algunas oraciones de magia durante unos cinco minutos y después se puso de pie. Caminó siguiendo una trayectoria circular pasando por atrás de sus invitados y a cada uno de ellos les acarició repetidamente la cabeza y los hombros, pasando sus manos sobre la tela negra que los cubría.
-
Al regresar a su lugar, tomó una lata que contenía manteca o cebo blanco de algo y un pedazo de piel, con ese material dio una segunda vuelta por atrás de todos, abrazando por la espalda a cada invitado levantaba la tela negra, metía sus manos y untaba la pomada en cabello y cuello.
-
De nuevo regresó a su lugar, tomó una botellas que parecían contener alcohol o petróleo, se acercó a la fogata y parada con la boca arrojó buches del combustible sobre las brasas, el liquido esparcido ardía al caer sobre las brasas. En aquella época todavía existían estufas y lámparas (quinqués) que usaban petróleo, por lo que vendían este combustible en algunas tiendas de abarrotes, tendejones.
-
La Chamana siguió con sus oraciones otros cinco minutos y pidió que cada uno de los invitados jurara lealtad a Satanás a partir de ese momento. Tomaron un líquido que la Chamana les sirvió en unas tazas, y después de tomar el líquido los participantes extendieron sus brazos y se tomaron las manos.
-
Finalmente llegó el momento que mostró el objetivo de la ceremonia: La Chamana, les dijo que hicieran sus peticiones.
-
Cada persona hizo las suyas, eran solicitudes de venganzas la mayoría. Dedicadas al hombre que las dejó, a la mujer que los engañó, a la persona que les ganó en un negocio o en un trabajo, etc.
-
Aquella noche no vi más de la ceremonia, porque la mamá de Alberto se dio cuenta que estábamos espiando y nos llamó para dejar de hacerlo. Me contaron que nos faltó ver cuando se pintan la cara con sangre, cuando le quitan las plumas a pobre zanate, cuando los invitados besan los huesos de caballo, cuando la Chamana "ramea" a los invitados (golpes con ramas de plantas de panteón), cuando el demonio entra al cuerpo de la Chamana y otras cosas.
-
Supe que la ceremonia duraba un poco más de una hora y que la Chamana cobraba 200 pesos por persona. Esa noche la Chamana cobró en total: mil cuatrocientos pesos.  En aquel año, nosotros pagábamos de renta por la casa en que vivíamos 400 pesos al mes.
-
Un año después —ya no vivía en el barrio — me enteré por periódico y radio, que habían detenido a la Chamana. La noticia decía que se disfrazó de "bulto" así le decían cuando una persona se cubría con una sábana blanca de tela transparente, como si fuera un fantasma, la llorona o un espíritu. Y con este disfraz se metió a un predio desocupado, se subió a la construcción y desde ahí arrojó botellas vacías de mayonesa, velas, latas vacías de chiles y otras cosas. Después el "bulto" bajo de la construcción, salió del predio y caminó al monte. El barrio colindaba con la selva.
-
Se supo que lo hizo para que la gente pensara que en esa casa espantaban y que los dueños no pudieran rentarla cómodamente, y al transcurrir tiempo sin poder rentarla, tuvieran que disminuir el monto de la renta o decidieran venderla. De esta manera los que contrataron a la Chamana le harían una oferta a la dueña para comprar la casa.
-
No resultó la conspiración porque la dueña logró que la policía estuviera con anticipación arriba de la construcción y ahí ocultos los policías atraparon al "bulto" o espíritu, la segunda ocasión que quiso llevar a cabo su acto de brujería.