viernes, 18 de julio de 2014

El loro distraído

El loro distraído
Autor David Gómez Salas

Un joven elefante que jugueteaba alegre
al sentirse cansado, se detuvo a reposar
atrás de un álamo plateado.

El árbol tenía más de cien mil de hojas
con envés blanco, que parecían espejos brillantes.
Y desde cierta ubicación, donde estaba un loro,
 en cada hoja se reflejaba, el joven elefante.

El loro imaginó que los pequeños elefantes, que veía,
eran frutos del árbol. Pequeños y abundantes.
Así que voló hacia el árbol, con la intención
de alimentarse con aquellos elefantitos.
Pero al estar más cerca vio: miles de loritos

Dios mío ― dijo sorprendido
¡Mi árbol genealógico, he conocido!

lunes, 14 de julio de 2014

Vasallos del diablo

Vasallos del diablo
Autor David Gómez Salas
-
Diputados y senadores,
(de los más malditos, hablo)
con corazón y mente de guijarro
elaboraron leyes para el diablo.
-
Se forjaron millonarios
frívolos y estrafalarios.
Viajaron con lujos por el mundo
sin olvidar sus traiciones un segundo.
-
Vivieron ante sí mismos
un suplicio.
La historia los enterró
en un abismo
por la perfidia de
denigrarse ellos mismos
-
El demonio se adueñó de sus almas
y quedaron como vasallos a su servicio.
A sus hijos condenó y dijo:
Despilfarradores, será su eterno oficio.

sábado, 12 de julio de 2014

Imaginación y optmismo

Imaginación y optimismo
Autor David Gómez Salas
-
Caminaba la imaginación
en el bosque de Porta Capena,
bajo la protectora  mirada
de las cuatro camenas.
-
En su camino encontró,
a la orilla de un manantial,
a Optimismo.
Personaje que siempre
vive sonriente
y seguro de sí mismo.
-
La protección de la ninfas acuáticas
infructífera resultó.
La imaginación a primera vista,
de Optimismo se enamoró.
-
Esta breve historia muestra
que en cuestiones de amor
Imaginación y optimismo
son una incontenible  mezcla.

© David Gómez Salas

jueves, 10 de julio de 2014

Indolencia

Indolencia  
Autor  David Gómez Salas
-
Los árboles callaron estoicos
las atrocidades del dinero.
El aire dejó de ser aire
y  las aves murieron primero.
-
Después llegó la enfermedad
y sucumbimos  todos.
Nos faltó arrojo  y honor 
en nuestro negro periodo.
-
Las piedras, siempre necias, 
con  vanagloria escribieron:
"Ecocidas y embusteros 
también sepultados, fueron"

© David Gómez Salas