miércoles, 13 de junio de 2018

Sabios vecinos

Sabios vecinos

© David Gómez Salas

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Cerca de mi casa viven dos loros alborozados;

escucho sus voces inacabables todo el día.

Cantan, ríen, silban y llaman a Dulce María.

Imagino, que de ella están enamorados.

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Oírlos me causa gozo, paz y bonanza

a veces no entiendo lo que gritan, no afecta.

Lo que disfruto es su actitud en la vida,

poseen una alegría sencilla y honesta.

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Estos loros muestran que para ser felices

no se requieren fanatismos

religiones, inmolaciones, ni narcisismos.

Es suficiente ser uno mismo.